NAVARRA MÍTICA
Simón y Andrés, dos desertores
del bando liberal rescatan a
una niña de un cruento saqueo
y huyen juntos. Un año después
Simón regresa a Escarza, el
pueblo de Andrés, para recuperar
su amistad, pero sólo descubre
su olvidada tumba. Le dicen
que mató a su novia y luego se
suicidó, pero Simón no da crédito
a esa tragedia y decide averiguar
lo que realmente ocurrió.
Es, en síntesis, el argumento de
Las huellas erradas, de Eduardo
Iriarte, Premio Logroño
2010.
«El carlismo parece hoy algo
lejano, trasnochado, pero todavía
existen sus consecuencias»,
comenta Iriarte, que lleva dos
décadas vinculado al mundo del
libro como traductor y editor.
«En todo caso, mi novela no es
una novela histórica al uso sino
un relato de misterio con carga
psicológica, retrata a personajes
anónimos que se ven envueltos
en complejas circunstancias
en un escenario que conozco
bien, la Navarra mítica en la
que se funden recuerdos de mi
infancia con algunos cuentos y
leyendas».
Iriarte reconoce que su labor
como traductor influye en su
manera «muy disciplinada de
escribir», acorde con su trabajo.
«El traductor es el lector más
escrupuloso, llevo veinte años
ahondando en textos ajenos y
eso ayuda a la hora de elaborar
tu propio estilo, algo en lo que
me gusta recrearme», comenta
Iriarte, que también tiene otra
novela en ciernes situada en
ambiente urbano y en época
contemporánea.
Guillermo Galván.
El Mundo
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